Nota para Lookeate, el blog de VER
Conectar. Estar presente. Desconectar. Escuchar. Mirar a los ojos. Compartir. Disfrutar. Dedicar. Calmar. Soltar. Ser.
Esto bien podría ser un manojo de palabras agarradas al azar, o también un síntoma y una necesidad de nuestra época. Me juego por la segunda. Es que hace tiempo que escucho cada vez más, acerca de lo difícil que es estar en el momento presente, disfrutando con todos los sentidos de lo que hacemos, sin dispersarnos, sin pensar en lo que viene, sin mirar las notificaciones del celular a cada rato. Más se usa la frase AQUÍ Y AHORA, y más cuesta cumplir con esa premisa. Más se habla de “conectar” y más nos desconectamos. ¿Les pasa?
Así que no fue casualidad que hayamos decidido dar esta nota en Diciembre. Porque la idea es que pensemos qué cosas podemos cambiar en nuestra vida cotidiana, para vivir estas fiestas más presentes. Y para que ese “vivir presentes”, se convierta en un estado, y no solo en un deseo.
Buscando la mejor manera de describir el concepto, llegó a mis manos un estudio del laboratorio Kimberly-Clark que me encantó. Ahí decía: “Mirar a los ojos. Escuchar atento. Entender qué le pasa al otro. Comprometerse con lo que está pasando. Aquí y ahora. Ser protagonista. Tener en claro qué es lo que no se negocia. Dedicar tiempo para sentir lo que nos rodea. Y a quiénes nos rodean. Cuidar a los que están cerca. Acompañar a los que están lejos. Poner el cuerpo. Ser cada vez más humanos. Estar cada vez más conectados. Vivir. Vivir Presente”. Creo que estas palabras sintetizan a la perfección lo que quiero transmitir (y vivir).
Para algunas el desafío tendrá que ver con “domar” la atención como dice Diego Kerner, autor del libro “Lunes felices”. Para otras será atender más de cerca las necesidades de sus hijos sin tanta distracción. Y estarán las que sientan el deseo de pasar más tiempo junto a quienes aman, con mayor disfrute. No nos olvidemos también, que técnicas como el yoga o la meditación mejoran nuestra calidad de vida, y nos vuelven al eje. O que actividades como el origami, el ajedrez, o la jardinería, son ideales para practicar esta idea de “enfocar nuestra atención en algo”.
Todas sabemos que no es fácil, que la vorágine del día a día nos lleva a lugares y hábitos impensados, que el multitasking (hacer muchas cosas al mismo tiempo) lejos de resolver, nos complicó la vida. Que el celular nos acerca a quienes están lejos, pero cuántas veces nos desconecta de quienes tenemos enfrente (literalmente). Supongo que será cuestión de empezar a estar más atentas a lo que dice nuestro cuerpo, a ser más conscientes de lo que nos rodea, sentir la naturaleza, la respiración, y salir del piloto automático que nos lleva a hacer sin registro alguno.
Tal vez sea como dice el estudio, y el “vivir presentes” se transforme en una pregunta sobre cómo queremos administrar nuestro tiempo, nuestra energía y atención, para disfrutar más la vida. Buen propósito para pensar el 2018. ¿No?
Conectar. Estar presente. Desconectar. Escuchar. Mirar a los ojos. Compartir. Disfrutar. Dedicar. Calmar. Soltar. Ser.
Esto bien podría ser un manojo de palabras agarradas al azar, o también un síntoma y una necesidad de nuestra época. Me juego por la segunda. Es que hace tiempo que escucho cada vez más, acerca de lo difícil que es estar en el momento presente, disfrutando con todos los sentidos de lo que hacemos, sin dispersarnos, sin pensar en lo que viene, sin mirar las notificaciones del celular a cada rato. Más se usa la frase AQUÍ Y AHORA, y más cuesta cumplir con esa premisa. Más se habla de “conectar” y más nos desconectamos. ¿Les pasa?
Así que no fue casualidad que hayamos decidido dar esta nota en Diciembre. Porque la idea es que pensemos qué cosas podemos cambiar en nuestra vida cotidiana, para vivir estas fiestas más presentes. Y para que ese “vivir presentes”, se convierta en un estado, y no solo en un deseo.
Buscando la mejor manera de describir el concepto, llegó a mis manos un estudio del laboratorio Kimberly-Clark que me encantó. Ahí decía: “Mirar a los ojos. Escuchar atento. Entender qué le pasa al otro. Comprometerse con lo que está pasando. Aquí y ahora. Ser protagonista. Tener en claro qué es lo que no se negocia. Dedicar tiempo para sentir lo que nos rodea. Y a quiénes nos rodean. Cuidar a los que están cerca. Acompañar a los que están lejos. Poner el cuerpo. Ser cada vez más humanos. Estar cada vez más conectados. Vivir. Vivir Presente”. Creo que estas palabras sintetizan a la perfección lo que quiero transmitir (y vivir).
Para algunas el desafío tendrá que ver con “domar” la atención como dice Diego Kerner, autor del libro “Lunes felices”. Para otras será atender más de cerca las necesidades de sus hijos sin tanta distracción. Y estarán las que sientan el deseo de pasar más tiempo junto a quienes aman, con mayor disfrute. No nos olvidemos también, que técnicas como el yoga o la meditación mejoran nuestra calidad de vida, y nos vuelven al eje. O que actividades como el origami, el ajedrez, o la jardinería, son ideales para practicar esta idea de “enfocar nuestra atención en algo”.
Todas sabemos que no es fácil, que la vorágine del día a día nos lleva a lugares y hábitos impensados, que el multitasking (hacer muchas cosas al mismo tiempo) lejos de resolver, nos complicó la vida. Que el celular nos acerca a quienes están lejos, pero cuántas veces nos desconecta de quienes tenemos enfrente (literalmente). Supongo que será cuestión de empezar a estar más atentas a lo que dice nuestro cuerpo, a ser más conscientes de lo que nos rodea, sentir la naturaleza, la respiración, y salir del piloto automático que nos lleva a hacer sin registro alguno.
Tal vez sea como dice el estudio, y el “vivir presentes” se transforme en una pregunta sobre cómo queremos administrar nuestro tiempo, nuestra energía y atención, para disfrutar más la vida. Buen propósito para pensar el 2018. ¿No?
Y así, presente, #TeQueremosVerFestejar
Muy lindo y cierto lo que escribiste. Felicidades!!
ResponderBorrar