Hoy mi abuelo Ángel, que falleció hace tres semanas, cumpliría 99 años. Y para recordarlo, me trasladé a marzo de 2000 ♡

Nos habíamos sentado en la planta baja del Shopping Abasto, enfrente a una casa de electrodomésticos. Yo necesitaba una heladera para mi nuevo departamento de estudiante, y él —una vez más— ayudarme en otra etapa de mi vida.

Tenía $45 en la cartera. Me alcanzaba para una muy linda pero chiquita, bajo mesada. Ya la habíamos visto. Pero había otra de $95, más alta y pituca, con congelador.

Cuando estuve por concretar la primera me dijo: "Pachi, esperá. Pensemos afuera". Y nos sentamos.

Me contó que tenía una idea. Que él me prestaba $50 más, y yo se los devolvía en 10 cuotas de $5. El trato incluía llevarle la plata cada mes, y quedarme con él y Mamina a comer unas empanadas ese día.

Trato hecho. Cerramos. Lo miré y nos abrazamos con ese amor inmenso con el que lo hacíamos siempre.

De más está decir que fui religiosamente a llevar mis $5, y a comer las empanadas. Iba más veces. A tomar mate. A charlar con Mamina. A contarles de mis exámenes. A dormir. Pero un día, era "el día de saldar la deuda". El día en el que él agarraba ese "Excel" que había hecho en un papel, y tildaba una cuota más paga. Y así la heladera iba siendo mía.

Años más tarde, cada vez que yo contaba esta historia, me pedía que aclarara que no lo había hecho por "viejo amarrete". Sino que su intención era que yo aprendiera de responsabilidad y compromiso (y también para que tuviéramos una cena los tres cada mes ☺).

Mi abuelo en el fondo sabía que responsabilidad me sobraba. Que el compromiso con una deuda era algo inquebrantable para mí. Que no necesitaba deberle $5 para ir a visitarlos. Y que a las empanadas las iba a ir a comer igual. Morosa o no 🙃

Mi abuelo sabía que los dos lo sabíamos. Pero de todas formas quiso dejarme esta historia. Él buscó que nos sentemos esa tarde en el Abasto. Que hagamos "como si". Que yo me sintiera apoyada, acompañada, guiada, paternada. Que yo fuera nieta, e hija por un rato. 

Mi abuelo eligió regalarme un recuerdo más en medio de tantos. Y vaya si lo logró.

Feliz cumple abuelo Ángel, donde sea que estés 🤍


(Gracias por todos los mensajes de amor que me dejaron en este post)